domingo, 3 de agosto de 2008

La gran depresión de 1929

Desde la Revolución Industrial del siglo XVIII, el mundo había entrado –a pesar de las crisis recurrentes – en un proceso de expansión continua de la economía. Este proceso se vio interrumpido por la Primera Guerra Mundial.
La guerra había orientado la actividad económica a la industria bélica, a costa del abandono de la producción de bienes de consumo básico. Durante esos años, Europa había perdido dinero en préstamos e inversiones y también compradores de otras regiones, como América Latina, donde se habían creado complejos industriales propios o con inversión norteamericana. Además, para financiar la guerra, sobre todo Francia y Gran Bretaña, habían contraído deudas con los Estados Unidos de América.
Estados unidos de América absorbería la mayor parte del capital mundial. Entre la economía de este país y las débiles economías del resto del mundo se registraría un notable desequilibrio.
En 1929 en Estados Unidos de América se desató una crisis y, en los años treinta, todo el mundo entró en una Gran Depresión. Esta situación fue el resultado de disfunciones acumuladas anteriormente y anunció cambios profundos en las políticas de los estados.

El crac del 29 y su expansión
Una vez superada la transición, hacia 1924, la economía internacional registró cinco años de relativa prosperidad. En Europa, los precios de los productos agrícolas bajaron y los gobiernos adoptaron medidas nacionalistas y proteccionistas, como la restricción de importaciones para acelerar la recuperación y reconversión de su industria bélica en industria productiva. Por otro lado, los gobiernos apoyaron los consorcios, trusts y bancos, el desarrollo de la industria mecánica, eléctrica y química, y la activación de los intercambios mundiales.
Pero la prosperidad de los años veinte en Europa fue un espejismo, pues el desempleo siguió incrementándose. En cambio, en Estados Unidos de América, la producción y el empleo aumentaron constantemente y los salarios y los precios fueron estables. Aunque había pobreza, las empresas crecían y los ricos y acomodados eran cada vez más y con mayor capital.
Después de la guerra, el Imperio británico se derrumbó y Estados Unidos de América surgió como la primera potencia económica mundial. Contaba con las mayores reservas mundiales de oro y la Bolsa de Valores de Nueva York (Wall Street) y el dólar reemplazaron a la Bolsa de Londres y a la libra esterlina. Sus territorios no habían sido tocados por el conflicto. Esto favoreció el desarrollo de su industria y sus finanzas.
Los norteamericanos avivaron su deseo de hacerse ricos y vivieron en la especulación, es decir, en la obtención de ganancias a partir de la variación de los precios del mercado, la posibilidad de realizar sus sueños de conseguir la opulencia: comprar una mansión, un automóvil de lujo, pieles o joyas. Esto desató movimientos vertiginosos de compra a bajos precios y ventas rápidas con cuantiosas ganancias, sobre todo de bienes raíces.
Desde 1928 se registró un alza continua en el precio de las acciones en Wall Street, porque empresas y la gente – incluso los pequeños negociantes- se dieron cuenta de que ahí su dinero se multiplicaba más y más rápido que invirtiéndolo en otra parte. Llegó un momento en que los compradores se agotaron y el auge se detuvo. Los precios de las acciones dejaron de subir y todo el mundo quiso vender para no perder lo obtenido.
En 1929, en Estados Unidos de América, la actividad industrial decreció, la producción del acero disminuyó y también el volumen del transporte por ferrocarril. La industria de la construcción de viviendas entró en la bancarrota. Comparada con el volumen de la oferta, la demanda de productos era cada vez menor y esto se reflejó, finalmente, en el crac de la Bolsa de Valores de Wall Street.
El jueves 25 de octubre de 1929 fue un día de pánico que se conoció como Jueves Negro. Muchas personas habían perdido la confianza en la bolsa y, presas del terror, se apelotonaron en la calle neoyorquina Wall para venderlo todo y retirarse del mercado. Así ocurrió también en bolsas de otras ciudades.
La crisis se agravió día con día y el pánico también. La caída estrepitosa de la bolsa fue arrastrando a toda la economía. Se corrió el rumor de que esta catastro fue había provocado numerosos suicidios. En realidad, el suicidio era un problema social que se había registrado desde los años de prosperidad y no aumentó en 1929. sin embargo, en años subsecuentes sí se elevó el índice de muertes relacionadas con problemas económicos.
Tras el Gran Crac vino la Gran Depresión de la economía capitalista internacional, la cual duró, aproximadamente, 10 años.
Las quiebras bancarias, el descenso de los precios de los productos básicos, la parálisis de la agricultura, la disminución de la producción industrial, el desempleo, la sobreproducción de materias primas y la falta de consumidores se extendieron por Estados Unidos de América y Europa.
El problema financiero se complicó porque se suspendió el pago de las indemnizaciones por la guerra que debía hacer Alemania a los países aliados y tampoco éstos tuvieron capacidad de pagar las deudas que habían contraído con Estados Unidos de América.
En los cuatro años más intensos de la crisis, entre 1929 y 1932, el comercio mundial sufrió un descenso del 60%. El número de desempleados aumentó para llegar a más de 30 millones en Europa y Estados Unidos de América. El hambre y la miseria se extendieron.
Con el fin de aumentar las exportaciones, Gran Bretaña, Canadá, los países escandinavos y Estados Unidos de América devaluaron sus monedas y abandonaron el patrón oro, o sea, el oro como respaldo de las monedas. Posteriormente otros países lo hicieron también.
La crisis creó una situación de incertidumbre en los países industrializados y desconfianza general en el sistema capitalista

El New Deal y el Estado de Bienestar
El economista británico John Maynard Kkeynes vio en el desempleo el mayor problema de la crisis y propuso la adopción de una política de pleno empleo. Con ello –señaló-, se estimularía la demanda de productos y se alejaría el peligro de que el descontento social produjera levantamientos favorables al comunismo. Propuso que los gobiernos aumentaran sus inversiones en obras públicas, con lo cual se emplearía mano de obra y se pondría dinero en circulación para recobrar la producción y el consumo. Su idea fue primero aplicada en Suecia en 1932 y, hacia 1933, en Estados Unidos de América.
Para superar los problemas de la crisis, otros gobiernos también decidieron intervenir en la economía creando puestos de trabajo, otorgándole créditos a las industrias, invirtiendo en empresas o nacionalizándolas, comprando materias primas para mantener su valor y controlando los precios y los salarios.
El plan de intervención más exitoso fue el New Deal (nuevo pacto o nuevo reparto de cartas) adoptado por el presidente demócrata Franklin D: Rooselvelt.
Un brain trust (un trust de cerebros) se dio a la tarea de estudiar las reformas necesarias para remediar los problemas que había traído consigo el incontrolado liberalismo económico impulsado por los republicanos, y propuso la puesta en marcha de un programa de economía mixta, consistente en respetar las leyes del mercado pero con la intervención del Estado para evitar la especulación.
La política económica del New Deal consistió en:
• Devaluar el dólar
• Controlar las actividades de los bancos, las bolsas y las aseguradoras
• Subsidiar a los agricultores
• Tratar de alcanzar el pleno empleo
• Darle garantías a los empresarios sobre sus inversiones
• Defender los derechos de los trabajadores.

A las masas, el Estado Benefactor (Welfare State) les era favorable. Esto hizo que Roosevelt fuera reelegido como presidente de los Estados Unidos de América en los dos siguientes períodos (1936 y 1940). Pero la política social de protección de los trabajadores por el Estado tenía altos costos, y como éstos eran cubiertos con impuestos establecidos de acuerdo con los ingresos y el patrimonio, el mundo de los negocios manifestó su inconformidad hacia el gobierno.
El New Deal no pudo reactivar la inversión privada. La depresión continuó y se complicó con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Efectos de la crisis en América Latina
A fines del silo XIX, en los países latinoamericanos se habían establecido proyectos de modernización consistentes en impulsar la industrialización y la democratización de las estructuras políticas. Sin embargo, éstos se habían visto obstaculizados por numerosos conflictos internos: falta de inversiones, atraso en los métodos de producción agrícola, monocultivo, carencia de mano de obra especializada, analfabetismo y una enorme desigualdad social. A pesar de ello, se habían conseguido algunos avances, como el tendido de redes ferroviarias, la construcción de carreteras y puertos , la instalación de industrias y, en algunos casos, la transformación de latifundios en pequeñas propiedades agrícolas.
A principios del siglo XX, las inversiones británicas, que habían sido decisivas en el primer impulso industrial, comenzaron a retroceder frente al aumento de las inversiones norteamericanas.
La entrada masiva de capitales norteamericanos, la presencia militar de Estados Unidos de América –sobre todo en Centroamérica y el Caribe- y su injerencia en la política latinoamericana habían generado reacciones antiimperialistas y nacionalistas. Algunos sectores de la población habían recogido las ideas del marxismo-leninismo y habían visto en la revolución soviética la única alternativa para aliviar la injusticia social. La esperanza en la transformación socialista intensificó la propaganda a favor del modelo de la URSS y contra el capitalismo y el imperialismo yankee.
Excepto algunos grupos que tenían ligas comerciales con las grandes compañías extranjeras, tampoco la burguesía latinoamericana veía con buenos ojos la intervención norteamericana. Tradicionalmente las elites en América Latina eran privilegiadas y favorecidas por sus gobiernos para cerrar sus mercados a la competencia internacional y proteger así los mercados nacionales.
La crisis de 1929 afectó a todos los países de América Latina, pues su economía de monocultivo o monoproducción dependía de la exportación de una o dos mercancías básicas: Argentina de la carne y los granos, Brasil del café, Chile del salitre y el cobre y Bolivia del estaño. La reducción de las ventas trajo consigo la caída vertiginosa de los precios, la quiebra de terratenientes, banqueros, industriales y comerciantes, la reducción de salarios, el desempleo y la eclosión de movimientos sociales: huelgas de trabajadores, manifestaciones estudiantiles y rebeliones campesinas.
A todo ello hay que añadir la característica tendencia latinoamericana al consumo y su incapacidad de ahorro; su fascinación por adquirir artículos de lujo o seudolujo extranjeros y su renuencia a invertir para mejorar y aumentar la producción.
La URSS trató de influir, a través de la Tercera Internacional Comunista y de la formación de partidos comunistas locales de corte estalinista, en los destinos americanos, pero tuvo poco éxito. Sin embargo, en casi todos los países latinoamericanos la simpática por la revolución social promovió un giro hacia el establecimiento de dictaduras –muchas de ellas de corte militar- que reprimieron a los rebeldes y engrosaron las burocracias.
En muchos casos, estas dictaduras contaron con el apoyo del gobierno norteamericano que no podía poner en riesgo su seguridad con la existencia de revueltas o acciones anárquicas en el continente americano.
El sesgo hacia la implantación de dictaduras no fue una particularidad americana; esta tendencia se estaba adoptando en otras regiones del planeta y chocaba con los movimientos populares. La desconfianza hacia el sistema capitalista y la inoperancia de la democracia liberal generó la radicalización de las posiciones políticas en dos: ¿fascismo o comunismo?

PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN
1. ¿Qué fue la Gran Depresión de 1929?
2. ¿Qué país surgió como la primera potencia después de la Primera Guerra Mundial? ¿A qué potencia desplazó?
3. ¿Qué fue el llamado Jueves Negro?
4. ¿Cuánto duró la Gran Depresión?
5. ¿En qué consistió el New Deal y quién lo propuso?
6. ¿Cuáles fueron los efectos de la Gran Depresión en América Latina?
7. ¿Por qué Estados Unidos apoyó a las dictaduras latinoamericanas?

El surgimiento de la Unión Soviética

EL SURGIMIENTO DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

En diciembre de 1922, en el X Congreso Panruso de los Soviets, se fundó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que agrupó a la república Rusa, las repúblicas de Transcaucasia (Georgia, Armenia y Azerbaiyán), Ucrania y Bielorrusia. A éstas se unieron más tarde Uzbekistán, Turkmenistán y Tayikistán. Pocos meses después se aprobó la Constitución de la URSS. En ella, a cada república se le concedió la autonomía política interna, así como la libre determinación de sus sistemas judicial, educativo y sanitario y el uso de su propia lengua; la Unión se reservó la política exterior y la planificación de la economía.
En la Constitución, los poderes no se separaron. Se estableció que el órgano supremo del Estado sería el Soviet Supremo con funciones legislativas, formado por delegados de los soviets de cada una de las Repúblicas. El Soviet Supremo elegiría al Presidium o comité ejecutivo que dirigiría un presidente, quien tendría las funciones de jefe de Estado.
El partido Comunista sería el único partido permitido y controlaría el poder del Estado. De este modo, los cargos de Secretario General del PC y de jefe de Estado recaían en una misma persona.

La nueva política económica
Con el fin de enfrentar los problemas económicos ocasionados por la guerra civil –desencadenada tras la Revolución Rusa de octubre de 1917-, el gobierno bolchevique impuso el comunismo de guerra. El estado tomó en sus manos la dirección de la economía, introdujo la planificación y nacionalizó las industrias.
Lenin había puesto a León Trotski al frente del Ejército Rojo, integrado por algunos oficiales ex zaristas, pero, sobre todo, por voluntarios no bien armados ni disciplinados. En el ejército, los cursos de entrenamiento militar se combinaron con los de alfabetización e higiene pública. Se les enseñó a los soldados que el saqueo, los pogromos antisemitas y las violaciones no iban a ser aceptadas.
En noviembre de 1920, el Ejército Rojo derrotó a los contrarrevolucionarios soviéticos, a la intervención extranjera (británicos, franceses, norteamericanos y japoneses) y a los ucranianos que pretendían separarse de la República Socialista. De ahí en adelante quedó claro que toda rebelión contra el régimen sería suprimida.
La huída de dos millones de personas –entre las cuales se encontraban la nobleza, una parte de la burguesía, de los científicos, artistas e intelectuales – se resintió. La república socialista no pudo integrar cuadros profesionales ni disponer de capitales para la inversión. A pesar de su impreparación, se tuvo que acudir a los obreros industriales –base del Partido Bolchevique – y convertirlos en funcionarios del gobierno.
El desarrollo industrial alcanzado durante la época zarista sufrió un considerable retroceso.
En 1921, Lenin dio a conocer la Nueva Política Económica (NEP) cuya intención fundamental fue el restablecimiento de los intercambios comerciales y el paso del comunismo de guerra al capitalismo de Estado.
La NEP volvió a permitir el comercio al menudeo y restableció la economía monetaria. Se instituyó un nuevo sistema estatal bancario, en el cual el rublo fue la moneda usada para las transacciones comerciales. Las pequeñas fábricas y comercios fueron desnacionalizados, se aceptó la injerencia de la iniciativa privada en el comercio y la vivienda, y se dejó a los campesinos vender sus excedentes de producción libremente.
Por otra parte, la NEP promovió la mecanización de la agricultura e impuso grandes proyectos industriales con la incorporación de inversiones y tecnología europea y norteamericana. Sin embargo, para garantizar la pervivencia del socialismo, el Estado se quedó con el control de la banca, el comercio exterior, el ejército y bienes estratégicos, como recursos naturales, transportes, comunicaciones y grandes plantas industriales.
Con la NEP la economía rusa empezó su recuperación, pero Lenin murió en 1924 y fue difícil encontrar un sucesor.

El estalinismo
Después de la muerte de Lenin, la URSS atravesó cuatro años de inestabilidad política, durante los cuales Iosiv Stanlín fue liquidando a sus enemigos con la intención de quedarse con el poder. En 1925, logró que uno de sus mayores rivales, Trotski, fuera destituido como Comisario de guerra. Finalmente, en 1928, se hizo Jefe de Estado.
En 1929, Stalin concentró en su cargo todo el poder del Estado e instauró una dictadura personal en nombre del Comité Central del Partido Comunista. Formuló sus ideas y proyectos como una nueva religión. Impuso la censura, la disciplina y la vigilancia policiaca y le pidió a los soviéticos que se sacrificaran por el bien de las generaciones futuras y el engrandecimiento de su nación. Cultivó una fe ciega de sus seguidores en la idea de que la revolución socialista traería consigo un mundo de justicia, igualdad y perfección; además, promovió el culto a su persona.
Toda la información que llegaba a Europa sobre el descontento, el hambre y los movimientos de resistencia en la URSS, el estalinismo la consideró una calumnia y un acto de sabotaje en su contra. Por tanto, persiguió a todos los que difundían críticas al sistema.
A Siberia fueron a dar los inconformes, incluidos los campesinos que se negaban a la colectivización de sus tierras en cooperativas o granjas estatales. Los millones de personas recluidas en los gulags fueron obligados por el estalinismo a realizar trabajos forzosos.
El Estado soviético se fue haciendo de un gran aparato burocrático para la administración y el control. A cambio del sacrificio, las masas recibieron un mínimo social: trabajo, ropa, vivienda, pensiones, atención médica y educación.
Por otro lado, se permitió la inclusión de las mujeres en la vida profesional y la participación de las más de cien nacionalidades no rusas en la economía nacional. De éstas, el gobierno procuró conservar sus lenguas y folclore y cuidó de que no se suscitaran conflictos interétnicos.
En la década de los treinta, el estalinismo llevó a cabo grandes purgas sangrientas contra su mismo partido y sobre todo contra su dirección, la cual había manifestado no estar dispuesta a aceptar la brutalidad excesiva.
Para Stalin el terror no tenía límites. Entre 1924 y 1939, cuatro o cinco millones de miembros del partido y funcionarios del gobierno fueron arrestados por motivos políticos y 400 o 500 mil ejecutados sin juicio previo –entre ellos, antiguos revolucionarios y colaboradores de Stalin-. No se sabe cuántos opositores al régimen fueron exterminados, quizá entre 10 y 20 millones.

Colectivización e industrialización.
En 1931, Stalin decidió abandonar la NEP e impulsar un programa de planes quinquenales para industrializar y colectivizar la agricultura y para elevar los índices de educación. Todo ello según la planificación y centralización del Estado.
En el primer plan quinquenal, la población soviética trabajó durante cinco años en las distintas ramas de la educación y la economía. Esto generó el crecimiento de la producción de materias primas (acero, carbón, petróleo, energía eléctrica), la ampliación de la red ferroviaria, las carreteras y la construcción de nuevas fábricas.
Stalin impuso la colectivización de la agricultura. Ésta constituyó una gran revolución en el campo. Desaparecieron los kulaks –que, como se recordará, eran pequeñas propiedades privadas- y se crearon los koljoses y los sovjoses.
Los koljoses eran cooperativas dueñas de la producción pero no de las tierras. Los sovjoses eran granjas socializadas cuya tierra, maquinaria y producción pertenecían al Estado. Los sovjoses se fueron extendiendo. Para 941, casi todas las familias campesinas estaban establecidas en granjas colectivas administradas por la burocracia gubernamental.
Ni la Revolución de Octubre ni el estalinismo cumplieron el deseo marxista de desaparecer la división de la sociedad en clases. Durante el régimen comunista se mantuvo una fuerte desigualdad. Los funcionarios y altos profesionistas (matemáticos, ingenieros, químicos, biólogos, etc.) recibieron privilegios y salarios más elevados. A éstos le seguían los administradores, la burocracia menor y técnicos medios; después, seguían los obreros y campesinos, entre quienes también había niveles de acuerdo con su preparación, entrega y servicio al Partido comunista.
La industrialización se llevó a cabo a costa del campesinado. El riguroso sistema empleado por Stalin tenía como meta aumentar constantemente la producción de los bienes. Por ello impulsó el movimiento estajanovista. Éste tomó como ejemplo la heroica acción del minero Stajanov, de quien se dijo había extraído 102 toneladas de carbón en una jornada de trabajo; 14 veces más de los normal. El estajanovismo consistió en disciplinar a los obreros y obreras y llevar el racionalismo técnico hasta sus últimas consecuencias.
A pesar de los altos rendimientos obtenidos, en los procesos industriales no se cuidó suficientemente la calidad ni se introdujeron innovaciones. A la larga, esto sería un desastre, pues la URSS no podría competir en el mercado mundial.
Pese a las fallas, en la década de los treinta, cuando la mayor parte del planeta padecía la Gran Depresión, cuando la producción industrial y el consumo se detenían y aumentaba el desempleo en el mundo, la Unión Soviética vivía el auge económico. Entre 1929 y 1940, la producción industrial se multiplicó tres veces y la URSS se colocó como la tercera potencia mundial, después de Estados Unidos de América y Alemania.

PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN
1.¿Dónde y cuando se fundo la U.R.S.S.?
2.¿Quiénes la conformaban?
3.¿En qué consistía, a grandes rasgos, la constitución de la U.R.S.S.?
4.¿Qué era el soviet supremo?
5.¿Cuál era el único partido comunista?
6.¿Cuándo y por qué se impuso el comunismo de guerra?
7.¿Quiénes huyeron de la Unión soviética?
8.¿Quién propuso la Nueva Política económica? ¿Cuándo? ¿En qué consistía?
9.¿Quién fue sucesor de Lenin?
10.Por lo que viene en el texto sobre Stalin, ¿cuál es tu opinión sobre él?
11.¿Cómo cambió la economía del país Stalin?
12.¿Se logró la igualdad social en los gobiernos de Lenin y Stalin?
13.¿Qué es el movimiento estajanovista?
14.¿Cuándo la U.R.S.S. tuvo un auge económico?

INVESTIGA:
1. ¿Qué es un gulag?

sábado, 26 de julio de 2008

Europa después de la guerra, parte II

La revolución científica y tecnológica.
En los primeros años del siglo XX, también en el terreno de la ciencia y la tecnología se operó una revolución. Por una parte, el desarrollo de las Matemáticas dio la posibilidad de aumentar la exactitud y precisión de los resultados experimentales. Con ello, los distintos aparatos de medición, como telescopios, microscopios, balanzas, relojes, termómetros, así como el control de la luz y el sonido, las temperaturas y presiones se perfeccionaron. Por otro lado, se creó una nueva física para describir los fenómenos atómicos y subatómicos.
Entre 1905 y 1920, Albert Einstein formuló un conjunto de teorías que abrieron el camino de la Física nuclear. Su Teoría de la relatividad del tiempo modificó la newtoniana de la gravitación universal. Esta teoría la amplió y aplico en la cosmología. Más adelante, enunció la ley de los efectos fotoeléctricos y verificó la teoría de los cuantos de Pllanck. Posteriormente, construyó la Teoría del campo unificado, que agrupó los fenómenos eléctricos y los de la gravitación.
En la genética, los estudios sobre la herencia –dados a conocer por el monje austriaco Gregor Mendel en 1866- fueron redescubiertos en 1900. Estos estudios, junto con el perfeccionamiento del microscopio, permitieron ver pequeños filamentos (cromosomas) que contenían el material hereditario: genes. Se detectó que, aparentemente, la herencia dependía de una sustancia química llamada ácido nucleico.
Entre 1914 y 1945, los medios de comunicación adquirieron gran importancia. Aunque el acceso a los periódicos no llegó a ser masivo y se redujo a un público instruido, la prensa tuvo gran influencia entre la gente como medio de información, de análisis, de problemas políticos y de difusión.
Pronto, cada vez más personas –incluso los pobres- pudieron adquirir aparatos de radio. La radio se descubrió como uno de los medios de propaganda y publicidad más eficaces. Su presencia se hizo cotidiana y fue usada tanto por las empresas comerciales como por los políticos.
Las primeras estaciones de radio aparecieron en Estados Unidos de América, en 1908. en los años veinte, éstas se multiplicaron y nacieron las primeras grandes cadenas, como la NBC y la CBS. En 1922, los bolcheviques crearon Radio Moscú y, en los treinta, Hitler empleó la radiodifusión como el medio más importante de control de la población y difusión de su ideología.

La agitación revolucionaria.
Mientras en las artes, las humanidades y las ciencias exactas se generaban cambios, así como ricos y creativos debates, las posiciones políticas se extremaban: las masas hacían presente su inconformidad.
Para muchos obreros, dirigentes e intelectuales socialistas, las potencias imperiales habían llevado a la sociedad por el camino del fracaso y la destrucción. Se ponía énfasis en que los muertos de la Primera Guerra Mundial no habían sido los gobernantes ni los burgueses sino las masas de los soldados, trabajadores y campesinos. Esto, sumado a los problemas económicos de la posguerra, a los altos índices de desempleo y al éxito de la Revolución Rusa de octubre, impulsó el crecimiento de las organizaciones sindicales y la fe en la revolución mundial.
Entre 1920 y 1926, los Estados europeos occidentales se enfrentaron a los líderes obreros, quienes movilizaron grandes contingentes y reclamaron la toma del poder político. En distintas partes estallaron huelgas generales. En Francia, la Confederación General del Trabajo organizó varios movimientos de protesta que fueron apaciguados con la concesión de algunas demandas obreras. En España e Italia ocurrieron fenómenos similares.
En Inglaterra, los mineros del carbón –que eran uno de los grupos en peores condiciones salariales y con jornadas laborales más largas – iniciaron un movimiento de huelga que tenía la finalidad de integrar al resto de los trabajadores y detener la producción industrial. En 1926, el Trade Union Congreso los apoyó y estalló una impresionante huelga general. En las industrias de ferrocarriles, muelles, imprenta, gas y electricidad, construcción, hierro, acero y química el paro fue casi total.
A pesar de la paralización del país, el gobierno fue duro. Organizó a voluntarios para sustituir a los huelguistas (esquiroles), no aceptó las demandas obreras y amenazó con declarar ilegales las acciones e imponer el orden por la fuerza. El Trade Union Congress tuvo que ceder y suspender la huelga.
El gobierno inglés realizó cambios en la legislación laboral con el fin de evitar que la situación se repitiera en el futuro. Los obreros consideraron que sólo mediante la acción parlamentaria podría alcanzar sus metas. A partir de entonces, le dieron un mayor apoyo al Partido Laborista, el cual, en 1929, ganó las elecciones. Ese mismo año empezó la gran depresión mundial y el gobierno del Partido Laborista tuvo que enfrentar problemas financieros, la caída en la producción y exportación de mercancías y un desempleo sin precedentes.

RESPONDE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS.
1. ¿Por qué decimos que hay una revolución científica en los primeros años del siglo XX?
2. ¿Qué teorías importantes desarrolló Albert Einstein?
3. ¿Qué pasó con la genética y quién la desarrolló?
4. ¿Qué medio de comunicación tuvo influencia entre la gente instruida?
5. ¿Dónde aparecieron las primeras estaciones de radio?
6. ¿Qué hizo Hitler con la radio? ¿Crees que actualmente los gobiernos y demás instituciones siguen manipulando la información?
7. ¿Qué pasó con las masas después de la primera guerra mundial?
8. ¿Qué pasó con los líderes obreros?

sábado, 19 de julio de 2008

Europa después de la guerra

Además de la pérdida de vidas humanas, que alcanzó alrededor del 20% de la población económicamente activa de Rusia, Alemania y Francia, al finalizar la Primera Guerra Mundial, Europa estaba desmoralizada y destrozada materialmente. Como mecanismo de defensa, la conciencia de toda esta miseria trató de reprimirse con un ánimo de euforia y balie permanente. Sin embargo, detrás de los escenarios y las pistas de los centros nocturnos, donde la gente trataba de olvidar el pasado y evadir las condiciones presentes, el militarismo, el nacionalismo e imperialismo se fortalecían, la crisis del capitalismo y la democracia se agudizaban y el comunismo y la fe en la revolución social se ampliaban.
Las masas se convirtieron en los primeros actores de la vida social. Fueron necesarias para apoyar y legitimar las grandes ideologías de la época. Numerosos estudios se preguntaron qué significaba su presencia. ¿Significaba que las masas someterían a juicio las tradicionales fuentes y figuras de autoridad?, ¿Qué se impondrían formas de pensamiento únicas y homogéneas? ¿qué reinaría el caos y se retornaría a la ignorancia y a formas primitivas de convivencia social? ¿O significaba que al fin la justicia sería universal, que todos los hombres determinarían sus formas de gobierno, que la igualdad económica pronto se impondría?

Los locos años veinte
En los primeros meses de la posguerra, se registró una crisis de la producción de alimentos y de bienes de primera necesidad. Faltaban materias primas y abonos, los equipos para el cultivo y la maquinaria de las fábricas se encontraban deteriorados y los transportes desorganizados.
A pesar de las dificultades, en los años veinte o los locos veinte, se emprendieron tareas de reconstrucción que dieron un pequeño respiro a la economía. La mayor parte de los europeos sintieron un ferviente deseo de olvidar la catástrofe y comenzar de nuevo.
El gusto por los excesos y las modas se disparó. Las ciudades europeas crecieron y ofrecieron más deportes, espectáculos y diversión, sobre todo para la burguesía, cuyos problemas de sobrevivencia no eran tan graves como los de los obreros y los campesinos. Los cafés, los cabarets y los salones de baile se convirtieron en centros de reunión. Aquí, las mujeres encontraron un espacio para la liberación. El tabaco, el alcohol y los nuevos ritmos, como el jazz, el foxtrot, el charlestón y el tango, ayudaban a borrar los malos recuerdos.

La revolución cultural.
En contraste con la frivolidad, la evasión y el conformismo de los alegres años veinte, la Gran Guerra generó muchos y muy diversos movimientos artísticos e intelectuales. Unos pensadores asumieron una actitud rebelde frente a los valores tradicionales y desarrollaron críticas profundas del sistema capitalista y del mundo burgués. Otros se dedicaron a cuestionar los efectos de la cultura moderna que había convertido a los seres humanos en instrumentos al servicio de la técnica. Hubo quienes se refugiaron en el cinismo o propusieron solamente trastocar lo establecido, escandalizar, burlarse de los usos y las costumbres, hacer bromas pesadas, “reírse en los entierros y llorar en las bodas”.
Algunos intelectuales consideraron que la civilización occidental había entrado en una fase de decadencia. Para ellos, éste era el resultado del excesivo positivismo y materialismo y del abandono de la espiritualidad. Los principios democráticos y liberales heredados en el siglo XVIII por la Ilustración fueron considerados por muchos como obsoletos e inoperantes.
Loa artistas de vanguardia, pertenecientes a movimientos como el expresionismo, dadaísmo, surrealismo y cubismo, rechazaron el realismo y las reglas clásicas, y mostraron su deseo de expresar los conflictos individuales y sociales que se vivían.
Una de las obras que mayores repercusiones tuvo en el arte, la filosofía y las ciencias fue la de Sigmund Freud. Freud planteó que la parte consciente y racional de la mente era sólo una manifestación de los seres humanos. Para conocer la mecánica profunda de la mente humana, había que incursionar en la parte inconsciente y emocional. Para él, la única posibilidad de resolver los conflictos personales era hacerlos conscientes.
La psicología había utilizado la hipnosis y la cocaína para el tratamiento de los desórdenes mentales. Freud los sustituyó por el psicoanálisis, una técnica que le permitía a sus pacientes exponer sus ideas incoscientes, sus sentimientos, traumas y fantasías infantiles.
La obra de Freud generó grandes debates, sobre todo por la resistencia de muchos científicos e intelectuales a aaceptar su tesis sobre la importancia de la vida sexual en la formación del carácter y la personalidad humanas, y por sus críticas a la religión y a la cultura burguesa.

ACTIVIDADES
1.¿Por qué crees que se les llama “locos” a los años 20s?
2.Investiga:
•Qué es el dadaísmo y quién fue Tristán Tzara (transcribe un poema de Tzara)
•Qué es el cubismo y quién fue Picasso (menciona una obra de Picasso)
•Qué es el surrealismo y un ejemplo de obra surrealista.
•Qué es el cubismo y un ejemplo de una obra cubista.
3.En tu opinión ¿para qué estudiamos el arte? ¿es importante hacerlo? ¿por qué?

sábado, 12 de julio de 2008

La revolución rusa

A principios del siglo XX, Rusia era un gran imperio que abarcaba desde las fronteras de Japón hasta las de Alemania. Su población era fundamentalmente campesina y analfabeta (el 80%).
Aunque, a partir de 1861, los campesinos rusos habían sido liberados de la servidumbre, todavía la nobleza terrateniente conservaba privilegios y se mantenían formas feudales de propiedad y dominio. La producción agrícola estaba poco tecnificada y sus rendimientos eran insuficientes.
El proceso de industrialización había sido dirigido por el Estado, el cual había promovido las inversiones extranjeras, la construcción de redes ferroviarias y de industrias pesadas. No obstante, la industrialización era incipiente, la burguesía era un grupo social muy reducido y había pocos obreros.
A pesar de todo, en Rusia se habían formado partidos políticos y organizaciones revolucionarias liberales, socialdemócratas y de socialistas revolucionarios, en las que intelectuales, obreros y una minoría de pequeños burgueses buscaban derrocar al zar Nicolás II Romanov. La idea de una revolución social iba cundiendo entre los pobres desempleados, los obreros y campesinos, quienes abrigaban grandes esperanzas: pan, mejores salarios y tierras.

La revolución de 1905
Como se recordará, los rusos se habían ido apoderando de gran parte de China, lo cual estorbaba las intenciones imperialistas de los norteamericanos, ingleses y japoneses. La situación de debilidad política en la que se encontraba Rusia hacia 1904 hizo que Japón viera la oportunidad de expulsarla para conquistar China y Corea.
En 1904, consciente de su superioridad militar y aprovechando la gran distancia que separaba a la capital de Rusia de los centros de combate, los japoneses realizaron una campaña bélica rápida y activa. Tomaron Port Arthur, ocuparon Corea y avanzaron sobre Manchuria. La anticuada flota rusa fue destruida por ellos. El zar, conmocionado por las derrotas militares y los movimientos revolucionarios que estallaban en ese momento en su territorio, pidió la paz. Estados Unidos de América e Inglaterra apoyaron esta decisión, pero vieron en los avances nipones un peligro, pues su triunfo garantizaba su preponderante influencia en el Extremo Oriente y posibilitaba el futuro desarrollo de su imperialismo en el Pacífico.
La guerra ruso-japonesa puso al borde el desastre al régimen zarista, el cual tuvo que pedir préstamos a Francia e Inglaterra.
En la frontera rusa con la Europa occidental se ubicaban cuatro importantes ciudades con un estilo europeo de vida y un escaso desarrollo industrial. Estas ciudades eran San Petersburgo, Moscú, Kiev y Odessa. Alrededor de ellas vivían pequeños propietarios, granjeros o arrendatarios. Los grupos educados de la población se dividían en occidentalizantes y eslavófilos. Los primero querían que Rusia adoptara plenamente el modelo capitalista e introdujera el parlamentarismo y el laicismo. Los segundo querían preservar la religión ortodoxa y la cultura campesina y tradicional.
En los años 1905-1906, en Rusia ocurrió una primera revolución que demandó la adopción de reformas democráticas. Este movimiento hizo tambalear al imperio. La crisis empezó cuando el ejército zarista disparó contra unos manifestantes que querían entrevistarse con el zar. A este día se le conoció como el Domingo sangriento. Este acontecimiento desató huelgas y revueltas populares en toda Rusia. Entre ellas destacó el motín de la tripulación del acorazado Potemkin, en Odessa.
Los bolcheviques decidieron participar en esta revolución que calificaron como democrático-burguesa para después tratar de transformarla en una revolución socialista con el apoyo de las masas campesinas. Además formaron consejos municipales y obreros locales: los soviets.
Ante el descontento general, el zar prometió formar una Duma o parlamento con funciones legislativas, respetar los derechos humanos y promulgar una Constitución. Se efectuaron algunas reformas agrarias: se repartieron tierras, se creó la pequeña propiedad campesina (kulaks) y comenzaron proyectos de colonización con los cuales se formó un incipiente proletariado agrícola.
Entre 1907 y 1912, la Duma regresó a su orientación autocrática- con apoyo de la policía-, y los líderes socialistas y sindicalistas fueron perseguidos. Pese a todo, el zar Nicolás II logró mantener la paz y emprendió proyectos de desarrollo industrial que permitieron una mejor situación económica.
Entretanto, la influencia de los partidos políticos en Rusia creció. Los más importantes eran el Partido Constitucional Demócrata que deseaba la implantación de una monarquía constitucional, el Partido Social Revolucionario de inspiración campesina y el Partido Socialdemócrata que seguía los principios revolucionarios marxistas. Algunos de sus miembros vivían en células clandestinas o en el exilio.
En el partido Socialdemócrata ruso habían surgido discusiones en torno a las ideas políticas de Marx. Éste había señalado que el advenimiento del socialismo se daría en los países capitalistas desarrollados, donde hubiera una clase obrera numerosa, preparada y consciente del significado de la lucha revolucionaria.
Las discusiones habían llevado a los socialdemócratas rusos a dividirse en dos grupos. Por un lado, los bolcheviques, seguidores de Vladimir Ilich Ulianov Lenin, eran radicales que estaban a favor de la voluntad del pueblo, pretendían la total transformación de la sociedad y la toma del poder político por el proletariado y los campesinos. Por otro lado, los mencheviques buscaban establecer primero la democracia parlamenteria, vinculándose más a la pequeña burguesía, en espera de la formación de un proletariado industrial revolucionario.

Lenin y la revolución bolchevique.
Los partidos socialdemócratas europeos habían advertido a sus miembros que la guerra tenía finalidades exclusivamente económicas que sólo beneficiarían a la gran burguesía y los Estados imperialistas. En 1916, cuando la Primera Guerra Mundial entró en una especie de parálisis, la hostilidad y las matanzas parecían confirmar la advertencia socialista de que el conflicto no le generaría ninguna ventaja a las grandes masas de la sociedad.
Rusia había movilizado a 13 millones de hombres y, para 1916, había sufrido dos millones de bajas y 4.5 millones de heridos. A causa de la guerra, la producción agrícola e industrial se había detenido. Las zonas rurales padecían escasez de alimentos. El inicial patriotismo con el que los soldados-campesinos rusos habían participado en la guerra había decaído y los desertores se multiplicaban. Cuando el ejército ruso estaba a punto de ser derrotado por el alemán, el régimen zarista se derrumbó.
En marzo de 1917 surgieron numerosos movimientos de protesta contra la falta de alimentos, la guerra y el autoritarismo del zar. Los obreros revolucionarios de Petrogrado llamaron a la huelga general. El zar ordenó a sus tropas someter por la fuerza a los rebeldes pero los soldados se negaron a disparar contra una multitud de mujeres trabajadoras y obreros industriales que pedían pan. Varios cuerpos del ejército se unieron a los manifestantes. Ante tal acto de desobediencia militar, el zar abdicó.
Se formó el Soviet de obreros y soldados de Petrogrado, el cual presionó a la Duma para instalar un gobierno provisional. Éste quedó conformado por demócratas constitucionales bajo la dirección del príncipe Lvov, quien llamó a Alexander Kerensky –el vicepresidente del Soviet de Petrogrado- a colaborar en su gobierno.
Se quería instaurar una república o monarquía parlamentaria según el modelo francés o inglés. Por ello, sus primeras medidas fueron declarar la libertad de prensa, reunión, asociación y huelga, conceder la amnistía general, y realizar elecciones de los miembros de la Asamblea Constituyente.
Espontáneamente, los soviets se multiplicaron y nuevamente se registraron levantamientos populares, inicialmente desordenados. El gobierno provisional no entendió las demandas populares o no supo cómo enfrentar los movimientos que se organizaban en su contra. Tampoco tenía una solución para el problema de la guerra.
La inestable situación política y las demandas de los trabajadores motivaron a muchos empresarios rusos y extranjeros a cerrar sus fábricas y comercios. Los campesinos, organizados también en soviets, ocuparon las tierras que abandonaba la nobleza terrateniente y se apoderaron de los graneros y los almacenes de madera.
El Soviet de Petrogrado tomó el mando de las fuerzas armadas y le disputó el poder político al gobierno provisional.
Por el aumento de las tendencias radicales, socialistas moderados y liberales formaron un nuevo gobierno provisional al frente del cual se colocó Kerensky. Sin embargo, éste fracasó debido a su empeño por continuar participando en la guerra, su negativa a distribuir tierras entre los campesinos y su decisión de aplazar las elecciones para conformar la Asamblea Constituyente.
En la primavera de 1917, el mariscal Lundendorff ayudó al principal líder de los bolcheviques, Vladimir Lenin, a trasladarse de su exilio en Suiza a Petrogrado. Los militares alemanes pensaban que con su presencia en Rusia se profundizaría el caos, lo cual sería muy conveniente a sus intereses.
A la llegada a Petrogrado, Lenin dio a conocer sus Tesis de abril, en las cuales propuso llevar adelante la revolución socialista consistente en darle todo el poder a los soviets, constituir una República de Soviets y nacionalizar la banca y la propiedad privada.
A pesar de ser menos numerosos que sus opositores mencheviques, los bolcheviques incrementaron su apoyo popular y finalmente los soviets –tras un intento de golpe de estado y un breve exilio de Lenin en Finlandia –sustituyeron al gobierno provisional.
Los revolucionarios bolcheviques tomaron el poder en octubre de 1917. se apoderaron por sorpresa del Palacio de Invierno, de los principales edificios públicos, del correo y la radio e hicieron que los diputados de la Duma se rindieran. En su lugar se fundó el Politburó del Partido Bolchevique con Lenin como presidente y Trotski, Stalin y Kamanev como sus colaboradores más cercanos.
A pesar de la fuerza popular que habían ganado los bolcheviques gracias al lema paz, pan y tierra, en enero de 1918 los mencheviques ganaron las elecciones que se celebraron en la Asamblea Constituyente. Sin embargo, la Asamblea fue clausurada por los bolcheviques con apoyo de las guardias rojas.
En los meses siguientes se dieron decretos para expropiar sin indemnización a los grandes terratenientes, respetar la libre autodeterminación de los pueblos que componían Rusia y para realizar nuevas elecciones a la Asamblea Constituyente. También empezaron las negociaciones para la paz.
Lenin creía que la revolución socialista podría extenderse al mundo entero. Aunque Rusia fue aislada por las potencias, la influencia de la Revolución de octubre fue enorme. Para el periodista norteamericano John Reed, quien había presenciado los acontecimientos, fueron diez días que estremecieron al mundo. El triunfo bolchevique y la toma del poder por el proletariado se difundieron por todas partes.

El “comunismo de guerra”
Considerando que la guerra tenía un carácter imperialista, los bolcheviques se retiraron de ella y a principios de 1918 firmaron la Paz de Brest-Litovsk.
Según este acuerdo, Rusia renunció a cualquier reclamación sobre Finlandia, las provincias bálitcas, Polonia y gran parte del Cáucaso y le cedió privilegios a la industria alemana establecida. Con la firma de la paz, los territorios que perdió Rusia fueron tres veces mayores que Alemania, incluían a un cuarto de su población total, una parte de su industria y las tres cuartas partes de sus reservas de hierro y carbón.
Las condiciones impuestas por Alemania y su aceptación por parte de los bolcheviques desataron una guerra civil y la intervención extranjera. Esto, sumado al caos económico y a la ausencia del respaldo socialista internacional que Lenin esperaba, propició que los bolcheviques adoptaran medidas de terror masivo por todo el país, como ejecuciones y detenciones contra los enemigos de la revolución.
Los burgueses y lumpenproletarios opositores fueron llevados a campos de concentración para ser reeducados. El zar Nicolás II junto con toda su familia fueron fusilados.
Los grupos antibolcheviques blancos, dirigidos por generales ex zaristas, intentaron restaurar el antiguo régimen, pero el ejército rojo, comandado por León Trotski y apoyado por los campesinos, los detuvo. En un año, Trotski entró victorioso a Petrogrado, Moscú y el Volga. Tampoco la intervención de tropas inglesas, francesas y japonesas resultó efectiva.
La Revolución de octubre les permitió a los bolcheviques organizarse en un Partido Comunista fuerte, disciplinado y centralizado que no admitió más que una sola tendencia, así como la conservación de la unidad de las distintas nacionalidades en un solo estado.
Lenin impuso la política del comunismo de guerra, que consistió en nacionalizar tierras, la industria y el comercio e implantar el racionamiento de los alimentos.
Los bancos fueron sustituidos por un sistema de trueque. Las propiedades de la Iglesia ortodoxa fueron confiscadas, aunque las iglesias permanecieron abiertas.
Un marxismo reducido y simplificado por el mismo Lenin se tomó como nueva religión. Por todo el mundo se organizaron partidos comunistas, movimientos campesinos y organizaciones obreras que tomaron como modelo los soviets.
A muchos socialistas, el modelo de partido comunista impuesto por Lenin no los convenció. Lenin retomaba la idea de Augusto Blanque de que una elite de revolucionarios profesionales o vanguardia revolucionaria debía constituir el núcleo dirigente de unas masas sometidas que debían apoyarlo.
A los partidos que se negaron a adoptar este modelo se les acusó de oportunistas y se les impidió tomar parte en la III Internacional, que sería controlada por los bolcheviques.
Con toda la movilización socialista de fines del siglo XIX, y ahora con la Revolución Rusa, una vez concluida la Primera Guerra Mundial, los Estados europeos se vieron obligados a aplicar un conjunto de reformas sociales que colmaran las demandas populares.
No obstante, el movimiento socialista europeo quedó dividido en dos secciones: una de socialdemócratas anticomunistas moderados y otra de comunistas disciplinados a la línea de Moscú.

ACTIVIDADES
Contesta las siguientes preguntas:
1.¿Cuál crees que sea la relación entre el 80% de la población rusa, a principios del siglo XX, era campesina y analfabeta con la revolución social que crearon?
2.¿Por qué la guerra ruso-japonesa puso al borde del desastre al régimen zarista?
3.¿Quiénes son los occidentalizantes y quienes los eslavófilos?
4. ¿A qué se le conoce como el domingo sangriento?
5.¿Qué son los soviets?
6.¿Qué es la Duma?
7.¿Cuáles fueron los partidos más importantes en Rusia a principios de siglo?
8.¿Cuál es el partido que discutía sobre las tesis de Marx y qué ocasionó dicha discusión?
9.¿A quiénes seguían los bolcheviques?
10.¿Qué buscaban los mencheviques?
11.¿Qué pasó en marzo de 1917?
12.¿Por qué muchos empresarios rusos y extranjeros empezaron a cerrar sus fábricas y comercios?
13.¿Qué pasó con las tierras que abandonó la nobleza terrateniente?
14.¿Qué son las Tesis de abril y quién las propuso?
15.¿Cuál era el lema de los bolcheviques?
16.¿Por qué los bolcheviques se retiraron de la primera guerra mundial?
17.¿Por qué los bolcheviques adoptaron medidas de terror masivo por todo el país?
18.Los grupos antibolcheviques blancos intentaron restaurar el régimen zarista, ¿lo lograron?
19.¿Qué les permitió la Revolución de octubre a los bolcheviques?
20.¿Qué es el comunismo de guerra?

domingo, 6 de julio de 2008

CONSECUENCIAS DE LA GRAN GUERRA

La Revolución Rusa (la cuál fue el motivo por el que Rusia salió de la Primera Guerra Mundial y que veremos la próxima semana) significó el inicio de la ruptura del mundo en dos proyectos: el comunista y el capitalista. Significó también que en muchas partes se creyera que el viejo sueño socialista de acabar con la explotación, la injusticia y la desigualdad se había realizado.
Al tiempo que los rusos abandonaban la guerra entraban los norteamericanos. Con la participación de Estados Unidos de América, el conflicto dio un giro fundamental a favor de los aliados. Finalmente, en noviembre de 1918, Alemania capituló.
Meses después se trataron de establecer las bases de la paz con la creación de la Sociedad de Naciones. Con el Tratado de Versalles se le impuso a Alemania el pago de las reparaciones y su sometimiento a condicione que significaron la pérdida de su poder.
La paz sería precaria. Una Europa destrozada y desmoralizada era el presagio de que los malos tiempos proseguirían. Alemania no aceptaría su derrota. La idea de que el pueblo alemán había sufrido una gran humillación se cultivaría en los años posteriores. El nacionalismo subiría de tono y se buscaría la venganza.

La participación norteamericana en la guerra
El anunció alemán de la reanudación de la guerra submarina indiscriminada condujo a Estados Unidos de América a romper relaciones diplomáticas con Alemania en febrero de 1917. Pocas semanas después se dio a conocer el Telegrama Zimmermann, en el cual, a cambio de su participación en la guerra contra Estados Unidos de América, Alemania le prometía a México recuperar los territorios que había perdido en 1848 y que se habían anexionado a aquel país. Esto fue entendido por el Senado norteamericano como una amenaza más a su seguridad. Acto seguido decidió declararle la guerra a Alemania y más tarde a Austria-Hungría.
El 8 de enero de 1918, el presidente norteamericano Woodrow Wilson propuso un texto de Catorce Puntos como base para la futura paz mundial. En ellos se pedía:
• La abolición de la diplomacia secreta.
• La libertad de navegación en todos los mares.
• Un intercambio mundial de mercancías sin obstáculos.
• Reducir la producción de armamentos.
• Satisfacer las “justas pretensiones coloniales”.
• Evacuar el área rusa invadida por los imperios centrales.
• Crear un Estado polaco independiente con la seguridad del libre y seguro acceso al mar Báltico.
• Restablecer la soberanía de Bélgica.
• Restituirle a Francia los territorios de Alascia y Lorena.
• Reajustar las fronteras italianas
• Darle oportunidad a los pueblos austro-húngaros para su independencia y desarrollo autónomo.
• Evacuar Rumania, Serbia y Montenegro.
• Permitir la independencia de Turquía y la de los pueblos no turcos del Imperio Otomano.
• Fundar una Sociedad de Naciones que asegurara la paz mundial.

En espera de su total rendición, no se decía nada de Alemania. Los vencedores coincidían en que esta nación tenía que pagar los costos de la guerra y desmantelar sus arsenales militares.
En septiembre de 1918, Hindenburg y Lundendorff le comunicaron al káiser Guillermo II que los ejércitos de los imperios centrales ya no podían continuar la lucha y que era necesario solicitar el armisticio y la paz. Sin embargo, Alemania trató de buscar, por todos los medios, mejores condiciones que las que el presidente Wilson demandaba. La capitulación alemana se atrasó y se dio hasta el 11 de noviembre de 1918. Ese día concluyó la guerra.

La paz de Versalles y la Sociedad de las Naciones.
El 18 de enero de 1919 en París, empezaron las conferencias de paz. Participaron las 32 naciones ganadoras y no se permitió la asistencia de los representantes de las vencidas. En estas reuniones, los Catorce Puntos de Wilson pasaron a un segundo plano en virtud de que existían tratados secretos previos entre distintas naciones y, sobre todo, un acuerdo sobre el reparto mundial entre los aliados.
No obstante, se llegó a dos decisiones básicas: la creación de la Sociedad de Naciones con el fin de evitar una nueva guerra y la celebración de tratados de paz con cada uno de los países vencidos.
La Sociedad de Naciones se constituyó como un foro internacional cuya finalidad sería la preservación de la paz. En él se dirimirían y resolverían las disputas territoriales de manera pacífica y democrática. Se esperaba que Alemania y Rusia, que habían quedado asiladas, se incorporaran al concierto de las naciones y que se alcanzara el desarme mundial.
El 28 de junio de 1919 se firmó el Tratado de Versalles. En él se le impusieron duras condiciones a Alemania por considerarla responsable de la guerra junto con sus aliados.
Alemania debía:
• Ceder todas sus colonias africanas, sus islas del Pacífico y sus concesiones comerciales y militares en China.
• Renunciar a muchas de las concesiones territoriales y comerciales que le había otorgado Rusia a través de la paz de Brest-Litvosk
• Regresarle a Francia los territorios de Alsacia y Lorena, que le había quitado con la Guerra franco-prusiana, y a Dinamarca el ducado de Schleswig.
• Crear un “corredor polaco” en territorios donde la mayoría de la población se considerara alemana.
• Permitir la ocupación de los aliados de una parte de su territorio en occidente.
• Entregar ganado, carbón, locomotoras y una parte importante de su flota.
• Entregar a los criminales de guerra.

Además, se le prohibió contar con fuerza aérea y se le obligó a reducir su ejército al mínimo. Guillermo II sería juzgado por un tribunal internacional. El costo de las reparaciones por daños ocasionados durante la guerra se fijó en una cantidad enorme. Por otra parte, el Tratado de Versalles estableció el estatuto y funcionamiento de la Sociedad de Naciones.
Alemania consideró humillantes e injustas las reclamaciones impuestas. Por esta razón, entre la población se empezó a alimentar un sentimiento de revancha.
En el occidente de Europa, una vez concluida la guerra, se celebró el triunfo de la libertad política y la supremacía de los civiles y ya no de los militares en los gobiernos. Además se emprendieron los trabajos de reconstrucción de carreteras, puentes y puertos y de recuperación de la producción de alimentos.
Muchas familias de campesinos franceses y belgas que vivían cerca de los frentes de batalla vieron destruidas sus tierras y viviendas. La presencia de las tropas había alterado su vida por las constantes entradas y salidas de vehículos militares, patrullas de reconocimiento y espionaje. En cambio, lejos de los frentes, la vida civil no se había modificado tanto, aunque en algunas zonas la producción de alimentos se había reducido e incluso escaseado. También el racionamiento de los combustibles (carbón, madera y petróleo), debido a la necesidad del ejército había disminuido la posibilidad de la calefacción en invierno.

La desintegración de los imperios centrales.
Al finalizar la guerra los Imperios Centrales se desintegraron. En Alemania, el káiser abdicó, se refugió en Holanda y se proclamó una república que no gozó de gran apoyo por parte de la población.
Entre 1919 y 1920 se firmaron varios tratados de paz (Saint- Germain, Neuilly, Trianon y Sèvres), con los cuales se determinó el nuevo mapa de la Europa centroriental y los Balcanes.
Tomando como base la idea de la autodeterminación nacional, impulsada por Wilson, surgieron nuevos Estados nacionales étnico-linguísticos. Estos Estados adoptaron constituciones parlamentarias y reglas capitalistas en sus relaciones económicas. Como coexistían diversas nacionalidades, se prometió proteger los derechos de las minorías y, en especial, de los judíos; pero en el futuro esto no se respetó.
El imperio austro-húngaro se dividió en cuatro naciones: Austria, Hungría, Yugoslavia y Checoslovaquia. Rumania amplió su territorio. Grecia tomó parte de la costa turca. Turquía le cedió a los aliados Armenia, Mesopotamia, Siria y Palestina. Italia se anexionó Trento e Istria.
Al norte, Polonia resurgió con los territorios que dejaron Austria, Rusia y Alemania. Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia se independizaron de Rusia.
A propuesta de Wilson, los aliados trataron de crear un cordón sanitario a lo largo de la Europa del Este, compuesto por países anticomunistas, con el fin de aislar al virus rojos del internacionalismo bolchevique e impedir su contagio al resto de Europa.

El nuevo papel de las mujeres.
A fines del siglo XIX las mujeres ya se habían incorporado al mercado laboral en oficinas, tiendas, centrales telefónicas, como enfermeras o en el cuidado de niños y ancianos. Sin embargo, muchas veces sus salarios eran menores que los de los hombres.
Durante la Primera Guerra Mundial, gran cantidad de varones (aproximadamente 20 millones) se alistaron en los ejércitos y dejaron las fábricas, los comercios y las oficinas en manos de mujeres. La mano de obra femenina fue clave para mantener el suministro de alimentos y otros productos de primera necesidad; también para impulsar la industria de la guerra. Además de realizar las tareas domésticas y cuidar a sus hijos, miles de mujeres se dedicaron a la producción de municiones, armas, ropa y utensilios para los soldados, en largas y pesadas jornadas de trabajo.
Las mujeres compartieron el patriotismo y heroísmo, realizaron labores de propaganda e instigaron a sus hijos y maridos a defender sus naciones. Aunque estaban excluidas de la lucha, algunas participaron en la retaguardia o domo enfermeras. La figura de Florence Nightingale se había convertido en un modelo de sacrificio y muchas mujeres se prepararon, aunque de manera rudimentaria, para cuidar a los heridos y auxiliar a los médicos.
Después de la guerra, el descenso de la población masculina y los lisiados provocaron que las mujeres conservaran sus empleos y otras ingresaran masivamente a la producción agrícola y las fábricas.
Como resultado de la Gran Guerra y de la Revolución Rusa, la idea de que las mujeres eran seres débiles, inferiores, irracionales, que carecían de talento y sentido común fue combatida y la población femenina empezó a crear organizaciones de obreras y a participar en política. Las mujeres conquistaron el derecho al voto y la igualdad de derechos civiles frente al hombre en casi todo el mundo.
A lo largo del siglo XX, la incorporación de las mujeres al mundo del trabajo generó una revolución socioeconómica. Las dos guerras mundiales fueron factores importantes de esos cambios porque al participar en la producción de bienes, al enfrentar solas educación de los hijos y ser las únicas responsables de la economía familiar, demandaron mayor libertad y autonomía, participaron en la enseñanza superior y entraron en las universidades.
Después de 1945, las mujeres llegarán a ocupar cargos parlamentarios y como funcionarias públicas. En muchos países el establecimiento del divorcio se reclamará con mayor vigor en la medida en que la dependencia económica de las mujeres hacia los hombres se va superando.
A partir de los años sesenta aparecerán movimientos feministas que lucharán por:
* La formación de una conciencia política y sexual femenina.
* Una mayor presencia pública de las mujeres.
* La despenalización del aborto.
* La liberación de rígidos códigos morales.
* La participación de la mujer en la vida laboral y la defensa de sus derechos.
* La responsabilidad de los hombres en las tareas domésticas y el cuidado de los hijos.

El feminismo es un fenómeno de la clase media que ha producido una revolución moral y cultural y ha transformado las pautas de conducta en la familia y los hogares tradicionales. Sin embargo, no ha alcanzado a las mujeres de los países pobes, donde siguen siendo objeto del maltrato de sus padres y maridos, o a las mujeres con una fuerte tradición religiosa, como la islámica.

PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN
1. ¿En qué consistía el Telegrama Zimmermmann?
2. ¿Qué presidente norteamericano proclamó los llamados “14 puntos”? Menciona tres de ellos.
3. ¿Para que fue creada la llamada “Sociedad de Naciones”?
4. ¿En qué consistía el Tratado de Versalles? ¿Cuándo se firmó?
5. ¿En qué naciones se dividió el imperio Austro-Húngaro?
6. Resume brevemente cómo es que las mujeres se integraron al mercado laboral a partir del siglo XX
7. ¿Quién fue Florence Nightingale?

sábado, 21 de junio de 2008

EL CONFLICTO BÉLICO DURANTE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.

El recurso de la guerra ha sido continuamente usado a lo largo de la historia humana con el pretexto de ser el único remedio cuando la resolución de los conflictos por la vía política fracasa.
Durante la Primera Guerra Mundial se creó una nueva tecnología para perfeccionar e inventar máquinas e instrumentos para la destrucción. La guerra ocupó el aire, el mar y la tierra y, sobre todo en Europa, puso en movimiento a grandes masas de hombres y mujeres, quienes abandonaron sus actividades cotidianas para concentrarse sólo en el conflicto. A partir de entonces, cambió el papel de las mujeres en la vida social.

La disputa serbio-austriaca
Austria quería evitar que Serbia se convirtiera en líder del grupo de los estados balcánicos y, por las amenazas de los movimientos nacionales que buscaban la independencia, luchaba por mantener su situación de imperio multinacional y multilingüe. Después del asesinato del príncipe Francisco Fernando y su mujer, el gobierno austriaco consultó la delicada situación con Alemania, su aliada. Ésta le dio carta blanca, o sea, le aseguró brindarle su apoyo incondicional para que mantuviera su hegemonía en la zona.
Austria-Hungría le envió a Serbia un ultimátum de 48 horas, por el cual le exigió reprimir las acciones llevadas a cabo contra el Imperio, permitir que la policía austriaca investigara el magnicidio y castigar a los responsables. Por su parte, Serbia, que no estaba dispuesta a ir a la guerra, trató de arreglar el conflicto de la manera más conciliadora, pero alegó que las medidas que se le querían imponer violaban su soberanía.
La respuesta serbia le pareció insuficiente a Austria-Hungría. Acto seguido, el gobierno imperial rompió relaciones con Serbia y los militares austriacos se movilizaron. Por otro lado, el asunto les preocupó a los británicos, quienes tenían intereses en toda esta área geográfica por ser la conexión con Asia y el Medio Oriente. Los alemanes, quienes sí se preparaban para una guerra mayor, encontraron todo esto conveniente para ubicarse territorialmente mejor.
La situación también fue aprovechada por Rusia, la cual decidió apoyar a Serbia. De tiempo atrás, Alemania quería detener la expansión rusa a expensas de Austria y Turquía. Los gobiernos alemán y británico intercedieron para resolver el conflicto, pero no fue posible. Las flotas navales británica y alemana se concentraron en aguas territoriales en una visible confrontación. Con el afán de prevenir una intervención europea mayor, Austria le declaró la guerra a Serbia el 28 de julio de 1914.

El estallido del conflicto
Al día siguiente de haberle declarado Austria la guerra a Serbia, Rusia ordenó la movilización de sus tropas. Los alemanes le exigieron a los rusos que retiraran esta orden, pero ellos no lo hicieron. Alemania proclamó el peligro de guerra inminente y desplegó su ejército. Francia, como reacción contra su vecino, lo hizo así también. Alemania había previsto la necesidad de conquistar rápidamente a Francia, o sea, su frente occidental, para poder lanzarse contra los rusos antes de que éstos pudieran organizarse militarmente.
El 2 de agosto de 1914, Alemania le pidió al intromisión, pero los alemanes, violando la neutralidad belga, avanzaron. Esta agresión hizo que Gran Bretaña le exigiera a Alemania respetar a Béligca, lo cual equivalió a una declaración de guerra. En los días siguientes hubo un intercambio de declaraciones de guerra: Serbia a Alemania, Austria-Hungría a Rusia y Francia e Inglaterra a Austria-Hungría.
Al conocer la situación en Europa, Japón vio la oportunidad de ocupar las concesiones alemanas en China y de ampliar su zona de influencia desde el norte de China hasta el río Yang Tsé.
En unas cuantas semanas, el conflicto bélico se había extendido. Su duración sería mayor a los cuatro años (51 meses), del 4 de agosto de 1914 al 11 de noviembre de 1918. empezaban 31 años de guerra mundial, puesto que la Segunda Guerra sería la continuación de ésta.
Lo que había comenzado como un problema local entre Austria y Serbia se había convertido en una conflagración que se desplegaría por todos los océanos e involucraría al Medio Oriente, a una parte de África y Asia, a América y, por supuesto, a toda Europa. Las principales acciones bélicas se llevarían a cabo en los Balcanes y el océano Atlántico, a poca distancia de las islas británicas.
Según cálculos aproximados, la Primera Guerra Mundial –también llamada la Gran Guerra- tuvo un costo final de 10 millones de muertos en los campos de batalla, 20 millones de heridos graves o lisiados, cinco millones de huérfanos y 10 millones de refugiados.

La guerra en los frentes oriental y occidental.
El belicismo alemán respondía al proyecto del II Reich de buscar la unidad económica centroeuropea bajo su hegemonía. Alemania quería que este dominio irradiara como una estrella al este y al oeste, alcanzando desde Polonia al norte hasta Rumania al sur. Además, el II Reich quería ampliar sus posesiones coloniales y eliminar el dominio económico de la Gran Bretaña en el mar Mediterráneo, desde Marruecos hasta la India. Para ello, los alemanes promovían levantamientos nacionalistas entre los pueblos árabes.
Los planes expansionistas y anexionistas alemanes estaban motivados por una sobrevaloración de su potencia militar, por el nacionalismo y la creencia en su superioridad racial. Todo esto era promovido por los círculos de pangermanistas, los conservadores e incluso por una pequeña parte de los socialdemócratas.
Desde antes de la guerra, el conde Alfred von Schlieffen, jefe del Estado Mayor, había propuesto un plan de ataque en dos frentes: el oeste u occidental y el este u oriental.
A fines de agosto de 1914, en el frente occidental, Alemania había ocupado la mayor parte de Bélgica. Para septiembre se encontraba a poca distancia de París. A diferencia de lo ocurrido durante la Guerra –franco-prusiana, esta vez la contraofensiva francesa fue eficaz y el general Joffre logró detener el avance alemán con su victoria en la batalla del Marne.
A fines de octubre de 1914, las tropas franco-británicas y las alemanas se encontraron frente a frente en trincheras que habían sido cavadas en una larga línea que recorría desde el mar del Norte hasta la frontera con Suiza. Estas posiciones permanecerían así hasta el verano de 1918, variando sólo unos cuantos kilómetros en una dirección u otra. En las trincheras, los soldados pasaron meses o años enteros.

Desarrollo del conflicto.
Aquello que en su fase inicial había tratado de ser una guerra relámpago, o sea, la rápida derrota del enemigo, se transformó en una guerra de desgaste, con la cual se procuró agotar la resistencia del enemigo.
En el frente oriental, el ejército alemán, al mando del general Hindenburg, derrotó a los rusos en Tannenberg (26-29 de agosto de 1914), avanzó hacia el interior de los territorios rusos y obtuvo otras victorias en los lagos Masurianos (10-14 de septiembre de 1914).
Entretanto, Turquía cerró el paso de los Dardanelos (unica entrada al mar Negro) y se unió a los imperios centrales, provocando, como consecuencia, que los aliados (Rusia, Gran Bretaña y Francia) le declararan la guerra.
Para el invierno de 1914, la armada alemana tenía controlado el mar Báltico, pero Gran Bretaña había conseguido bloquear la costa atlántica y evitaba la entrada de alimentos y material de guerra a los puertos alemanes.
En mayo de 1915, Italia –la cual se había asociado con las potencias centrales cambió de bando. En un tratado secreto, Gran Bretaña y Francia le ofrecieron el sur del Tirol, la península de Istria, la costa dálmata, varias islas del Mediterráneo y pequeños territorios que todavía pertenecían al Imperio otomano. En esta situación, Italia le declaró la guerra a Austria-Hungría y, posteriormente, a Alemania.
Este mismo año, Alemania venció a los rusos en Polonia y ocupó Varsovia. Poco después, Bulgaria le declaró la guerra a Serbia. Bulgaria, junto con Alemania y Austria, ocuparon entonces Serbia y su pequeño aliado Montenegro.
En 1915 y 1916, Alemania puso en práctica el submarino, un arma nueva. Con ella logró hundir alrededor de 1 700 barcos británicos mercantes y neutrales e incluso el Lusitania, un barco de pasajeros, dentro del cual murieron 124 norteamericanos. A petición de Estados Unidos de América, en mayo de 1916, los alemanes abandonaron los hundimientos irrestrictos.
A fines de 1915, los imperios centrales habían logrado mayores éxitos que sus enemigos. En 1916 los alemanes no pudieron romper la línea defensiva occidental de Verdún, donde los detuvo el general francés Pétain y los británicos lo atacaron en el Somme. Sin embargo, ninguno de los dos bandos realizó acciones bélicas decisivas, aunque los alemanes mostraron su superioridad. Para ese momento, las muertes ya sumaban varios millones de hombres, sobre todo alemanes, franceses y británicos. La batalla de Verdún fue la más violenta. En ella murieron más de 300 mil personas y quedaron más de 400 mil heridos.
A mediados de 1916, Rusia obtuvo algunos triunfos y Rumania se unió a los aliados, pero los austro-alemanes la ocuparon a fines de noviembre y Alemania se anexionó parte de sus territorios.
En el frente occidental, la guerra entró en un punto muerto, tanto en tierra como en el mar. Las flotas británica y alemana se hallaba frente a frente en el mar del Morte, pero los océanos eran controlados por las potencias aliadas.
En 1917 nuevas batallas terrestres ocasionaron grandes pérdidas humanas. Con el fin de vencer a Gran Bretaña por hambre o antes de que la sometiera a ella, Alemania anunció el retorno de la guerra submarina irrestricta. En unos cuantos meses, hundió 2600 barcos, pero, esta vez, los vertiginosos adelantos de la tecnología inglesa detuvieron la destrucción. Estos adelantos eran, principalmente, hidrófobos, minas antisubmarinas y ondas ultrasónicas.
En cambio, en el frente oriental, Alemania derrotó a Rusia y consiguió que abandonara la guerra. Este retiro estaba motivado por la compleja situación que enfrentaba Rusia al haber triunfado la Revolución bolchevique en octubre.
Ese mismo 1917, Estados Unidos de América decidió declararle la guerra a Alemania, debido a la reactivación de los ataques submarinos. Los avances británicos y de sus aliados del Medio Oriente fueron considerables, pero el apoyo ilimitado de Estados Unidos de América, consistente en una gran cantidad de petrechos y hombres, fue lo que inclinó decisivamente la balanza a su favor.
Alemania aprovechó la Revolución Rusa para firmar la paz con Rusia en Brest-Litovsk (3 de marzo de 1918). Con este tratado, Alemania logró el control de Polonia, la costa del mar Báltico y Ucrania. Sin embargo, hacia esas fechas gran cantidad de tropas norteamericanas desembarcaron en Francia.
Por la llegada de los norteamericanos, Alemania –cuyos submarinos habían sido finalmente expulsados- se apresuró a concentrar sus tropas en los territorios orientales recién obtenidos.
No obstante, entre marzo y julio, llevó a cabo cuatro ofensivas locales que la volvieron a colocar cerca de París.
A fines de julio, los aliados –ayudados por el ejército norteamericano- lanzaron una ofensiva general en todos lo frentes y obligaron a Alemania a retirarse de sus posiciones occidentales. Para ese momento, ya se habrían celebrado varias reuniones entre jefes de Estado con el fin de analizar la situación europea tras la guerra y con el objeto de apresurar la firma de la paz. Con la firma oportuna Alemania podría garantizar el armisticio antes de que su territorio fuera invadido.
En su retirada, en forma de venganza, el ejército alemán llevó a cabo acciones de destrucción y en Turquía dio muerte a un enorme número de armenios (alrededor de un millón y medio). Éste se ha considerado el primer intento moderno de eliminar a todo un pueblo. Se asesinaron civiles a sangre fría, se incendiaron pueblos enteros. Mujeres, ancianos y niños, amarrados en filas por cuerdas, fueron llevados a montañas y desaparecidos, otros fueron torturados o conducidos al desierto donde parecían por inanición.

La competencia tecnológica
Con el ánimo de imponer su fuerza imperial y convertir sus economías en potencias intocables, ambos bandos persiguieron el éxito total. En ese afán, la obsesiva atención en el conflicto bélico permitió la invención de nueva tecnología que más tarde fue adaptada a instrumentos cotidianos de uso doméstico, o para facilitar el trabajo. La guerra fue el costo pagado a la nueva ola de modernización.
En profundas trincheras cavadas en el norte de Francia, donde tenían lugar los enfrentamientos con los alemanes, podían advertirse algunas novedades tecnológicas, como los fusiles de repetición que eran más rápidos y precisos que los anteriores, periscopios, bengalas, trampas explosivas y sistemas telefónicos.
Durante la guerra, los alemanes utilizaron lanzallamas y gases asfixiantes, pero el uso de máscaras por sus contrincantes les restó valor como arma de ataque. En algunas batallas se usó el tanque, de invención británica, pero su exceso de peso lo hizo inoperante.
Durante la Gran Guerra, la competencia por el dominio de los aires se desgastó. Las aeronaves fueron básicas en tareas de reconocimiento del terreno.
En las primeras semanas, los alemanes se inclinaron más por emplear dirigibles capaces de transportar carga pesada y, sobre todo, para el bombardeo. En cambio, los aliados usaron más los aviones de caza.
El francés Roland Garros fue el primer piloto de combate que contó con una ametralladora sincronizada a la hélice del avión. Él fue hecho prisionero por los alemanes, quienes adoptaron y utilizaron el procedimiento por su cuenta.
En 1914, los talleres Friedrichshafen –montados por Zeppelín- construyeron un dirigible cada seis semanas. Éstos, junto con los Tauben, llevaron a cabo varios bombardeos sobre París y Londres.
En enero de 1915, seis zeppelines atravesaron el mar del Norte y retornaron intactos a su base. A partir de entonces, los ataques aéreos entre los combatientes se multiplicaron, pero los alemanes fueron siempre superiores en este campo.
En 1918 los alemanes contaban con una flota de más de 100 zeppelines gigantes que podían cargar hasta 40 toneladas de explosivos a una altura de más de 2000 metros y a una velocidad de 130 km/h.



Actividades

1. ¿Qué ocasionó el asesinato de Francisco Fernando?
2. ¿Qué países entraron a la guerra y cómo fue su entrada?
3. ¿Cuánto duró la guerra?
4. ¿Por qué crees que a esta guerra le llamamos “mundial” aunque no participaron todos los países del mundo?
5. ¿Cuándo se retiró Rusia de la guerra?
6. ¿Cuándo entró Estados Unidos a ella?
7. ¿Por qué se menciona en el texto que “la guerra fue el costo pagado a la modernización”?
8. Según tu opinión, ¿la guerra es una manifestación de instintos humanos agresivos o es producto de malas organizaciones políticas? Explica y desarrolla tu respuesta.
9. Según tu opinión, ¿la guerra es el único modo de resolver los conflictos entre naciones?